jueves, 8 de mayo de 2014

Artículo sobre "Pasiones secretas" de John Huston




Sartre, Huston y Freud  Yovana Pérez BITÁCORA LACANIANA EL PSICOANÁLISIS HOY
N° 2 - FEBRERO DE 2007 (Haga click aquí para descargar)


Cuestión de ojo- Juan Forn (Página 12, 18/9/2009) Sobre "Pasiones secretas" de Jhon Huston

En 1958, John Huston le ofreció a Jean-Paul Sartre 25 mil dólares para que le escribiera un guión sobre Freud. Huston ya había dirigido en Broadway una obra de Sartre (A puerta cerrada) y mostrado interés en filmar otra (El diablo y Dios) y le importaba poco que Sartre tuviera poco respeto por el psicoanálisis. Lo suyo era un típico pálpito de director de cine: Sartre era el candidato ideal para escribir ese guión porque lo que Huston quería filmar era la historia de cómo Freud se había convertido en Freud (es decir, esos siete años de fracasos sistemáticos desde que empezó con la hipnosis hasta que se internó en la interpretación de los sueños propios y ajenos), y pocas personas, según Huston, encarnaban mejor la máxima sartreana “El infierno son los otros” que Freud tratando a sus primeros pacientes ante la mirada hostil de la parentela de esos pacientes, de sus colegas médicos y de toda la sociedad vienesa de su tiempo.
La idea de Huston era bien norteamericana (Freud como detective de la psique, superando mil obstáculos hasta

domingo, 4 de mayo de 2014

"El psicoanálisis debe formar parte de la sanidad pública" entrevista a Eric Laurent

El delegado general de la Asociación Mundial de Psicoanálisis defiende que este método sea más accesible para quien lo necesite.

Eric Laurent (París, 1945) es el máximo responsable de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, entidad que promueve esta disciplina siguiendo la orientación que marcó el psiquiatra francés Jacques Lacan, quien defendió, a su vez, un retorno a las ideas del creador de este método de exploración del inconsciente, Sigmund Freud. Laurent aboga por un psicoanálisis más accesible y más adaptado a los problemas actuales. El experto promueve los llamados "centros de psicoanálisis aplicado", presentes ya en Barcelona, Madrid, Málaga y Bilbao, que pretenden hacer llegar esta disciplina apersonas que, por razones sociales o económicas, no pueden accedera un psicoanalista.
Al hablar de psicoanálisis, a todo el mundo le viene a mente Sigmund Freud y su diván... ¿Ha cambiado mucho la disciplina?
Sigmund Freud descubrió el psicoanálisis en la época victoriana, cuando las manifestaciones de la sexualidad eran reprimidas y ni a las mujeres ni a los niños se les atribuía una sexualidad. Freud constató que los trastornos generados por esta prohibición producían síntomas, que eran las grandes manifestaciones histéricas, sobre todo en mujeres. En nuestra época es justo al revés, hemos pasado de la prohibición a un empuje a tener una vida sexual activa, y casi desde la niñez hasta la vejez hay una presencia de la sexualidad en todos los ámbitos. La primera consecuencia es que se desplazaron los síntomas histéricos, que hoy casi han desaparecido. El psicoanálisis debe ahora, con un diván modernizado, abordar las patologías contemporáneas con los instrumentos derivados de la revelación freudiana.
¿El diván sigue haciendo falta, se utiliza siempre?
La presencia de la imagen es crucial en la sociedad actual; el diván representa el mundo sin imágenes. Freud, que

Todo por un sueño (Página 12 1/4/2001)

El dr. psicoanalisis rodeado de su coro arqueologioco: cobertura de momia ptolomea (332-30 Ac), el dios egipcio thot (30 ac - 395 dc), guardian de su escritorioy un jarrón ateniense (500 ac) con la diosa eos entre cientos de piezas


El psicoanálisis y la arqueología se desarrollaron durante la misma época. Y no parece casual: coleccionista exquisito, Freud financió excavaciones, traficó antigüedades, pobló su consultorio de objetos milenarios para utilizarlos en sesión y hasta se valió de analogías arqueológicas para desarrollar sus teorías. Así como el gran arqueólogo Heinrich Schliemann asombró al mundo revelando el esplendor de Troya, Freud se veía a sí mismo como un “Schliemann de la mente” que iba a excavar los vastos reinos del inconsciente. Sepa por qué.
Por RICHARD H. ARMSTRONG

En una conferencia sobre las causas de la histeria dictada en 1896, Sigmund Freud ofreció a su audiencia una elaborada analogía arqueológica: “Imaginen que un explorador llega a una región casi desconocida que despierta su interés por las ruinas, los restos de paredes, fragmentos de columnas y las inscripciones casi ilegibles. Se puede contentar con inspeccionar lo que está a la vista, o interrogar a los habitantes (quizás un pueblo semi-bárbaro) que viven en los pueblos vecinos acerca de lo que la tradición dice del significado de estos restos arqueológicos, anotar lo que ellos responden, y después continuar su viaje. Pero también puede actuar de manera diferente. Puede traer consigo picos, palas y espátulas, y puede pedirles a los vecinos que trabajen con estos implementos. Junto a ellos puede empezar a trabajar sobre las ruinas, limpiar la basura y descubrir aquello que está enterrado bajo la superficie. Si su trabajo es exitoso, los descubrimientos explicarán todo: las paredes arruinadas son parte de un palacio o un edificio que guardaba un tesoro; los fragmentos de columnas completan un templo; las numerosas inscripciones revelan un alfabeto y un lenguaje, y cuando son descifradas y traducidas, develan inimaginable información acerca de los eventos del pasado remoto, para cuya conmemoración fueron construidos los monumentos. Saxa loquuntur! (¡Las piedras hablan!)”.

Una vez que el arqueólogo reconstruye el sitio y descifra las inscripciones, sugiere Freud, las antiguas piedras comienzan a contar su historia. De la mism

Roland Barthes, entrevista sobre "El placer del texto"